.

.

lunes, 12 de septiembre de 2011


Te conocí un día de enero, con la luna en mi nariz. Y como ví que eras sincero en tus ojos me perdí. Que torpe distracción, y que dulce sensación. Y ahora que andamos por el mundo Como Eneas y Benitin. Ya te encontre varios rasguños que te hicieron por ahí, pero mi loco amor es tu mejor doctor. Voy a curarte el alma en duelo, voy a dejarte como nuevo. Y todo va a pasar, pronto verás el sol brillar.
 Tú más que nadie mereces ser feliz

No hay comentarios:

Publicar un comentario