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jueves, 2 de junio de 2011

En la antigua Grecia, Socrátes fue famoso por su sabiduría y por el gran respeto que confesaba a todos. Un día, un conocido se encontró con un filosófo y le dijo:
-¿Sabes lo que escuché acerca de tu amigo?
-Espera- replicó Socrátes- antes de que me hables sobre mi amigo, puede ser buena idea filtrar tres veces lo que vas a decir. Es lo que llamo el triple filtro.
-El primer filtro es la verdad.¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto?
-No- dijo el hombre- realmente lo escuché...
-Bien, entonces realmente ¿no sabes si es cierto o no? Ahora permiteme aplicar el segundo filtro: el de la bondad. ¿Es algo bueno lo que vas a decirme de mi amigo?
-No, por el contrario...
-Entonces, deseas decirme algo malo sobre él, pero no estás seguro de que sea cierto...Pero, podría querer escucharlo, porque queda un filtro: la utilidad. ¿Me serviría de algo saber lo que vas a decirme de mi amigo?
-No, la verdad no.
-Bien-concluyó Socrátes- si lo que deseas decirme no es cierto, ni bueno e incluso no es útil, ¿para qué querría saberlo?

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